La ex “novia del Mundial” asegura estar soltera y en su mejor momento, pero la opinión pública no olvida su polémico respaldo a Jonathan Fabbro, condenado por abuso sexual.
La modelo y mediática Larissa Riquelme reapareció en televisión con declaraciones que encendieron la polémica. En una entrevista con el programa “No Somos Ángeles”, sorprendió al decir que “siempre estuvo soltera” y que actualmente está enfocada en sus estudios y su carrera en medios, marcando un abrupto contraste con la versión que sostuvo durante años.
Durante mucho tiempo, Larissa no solo fue pareja del exfutbolista Jonathan Fabbro, sino también su defensora acérrima, incluso cuando fue acusado —y posteriormente condenado— por el abuso sexual de una menor de edad, familiar suya. Las imágenes y entrevistas de Riquelme llorando en televisión y hablando de una “injusticia” aún están frescas en la memoria colectiva.
De “incondicional” a soltera despreocupada
“Yo siempre estoy soltera”, dijo con soltura durante la entrevista, como si el historial de su relación con Fabbro fuera un invento mediático. Según ella, su estado civil siempre fue claro. Lo curioso es que durante años se mostró como la pareja oficial del exjugador, viajando a visitarlo a prisión, posteando mensajes de amor y dando entrevistas en las que juraba por su inocencia.
Ahora, como si nada hubiera pasado, la modelo se presenta como una mujer renovada, enfocada en su futuro y sin vínculos sentimentales. Una jugada que muchos interpretan como un intento de blanquear su imagen en un contexto donde la condena contra Fabbro por abuso sexual ya es firme, y su figura es prácticamente indefendible.
Fabbro, hundido en el silencio — Larissa, en plan “renacer”
Por su parte, Jonathan Fabbro continúa cumpliendo una condena de 14 años de prisión en Argentina por abuso sexual agravado contra una menor. Mientras tanto, Larissa parece haber elegido el camino de la desmemoria selectiva. De la mujer que se enfrentaba a periodistas y redes sociales para defender a su novio acusado de violación, hoy queda una figura que pretende empezar de cero… pero sin asumir ninguna autocrítica pública.
¿Tiene derecho a seguir su vida? Por supuesto.
¿Debe la sociedad olvidar su rol en la defensa de un abusador condenado? Eso está en debate.
Muchos se preguntan: ¿Qué tan sinceras son sus palabras hoy, si durante años mintió o minimizó la situación de su pareja?
En redes sociales, las críticas no tardaron en llegar. Usuarios recordaron los videos en los que Larissa decía que todo era un montaje para dañar a Fabbro, e incluso llegó a asegurar que la menor “había sido manipulada”.
Hoy, en plena era del empoderamiento y la sororidad, Larissa Riquelme intenta reposicionarse como una figura enfocada, limpia y profesional, pero la sombra de su pasado sigue pesando, y la hemeroteca no perdona.